Monday, September 29, 2008

Lo màs reciente

Estos poemas incluyen la fecha en que han sido creados; no es de lo ùltimo que he escrito pero es de este año.

I
Quisiera compartir contigo
esto esto que siento,
esta flor
atorada en el pensamiento,
este botòn, a punto de romperse,
atorado en el corazòn.

Quisiera decirte que
el Mar,con sus olas
que rompe, no borra tus ojos, y ni tu boca
se despinta con el
viento en la arena.
Y la Luna crece
y crece
y a cada noche
nuestro amor perece?

19.enero.09



II
Sòlo puedo escribirte
en medio del silencio,
gritarte desde dentro de mi,
llamarte con mi mente,
pero no puedo traerte,
extinguirte,
distanciarte,
expirarte,
extraviarte;
sòlo quiero en la noche eterna amarte;
y conmigo en el amor de este planeta fugarte.

25.enero.09


III

Sòlo con este beso fugitivo
logro acercarme a ese
rostro tuyo.
Este temor infundado,
esta paranoia de fuga
de buscarte en el sueño,
en la conciencia,
en lo Terreno y
en lo no Terrestre.
Buscarte, para luego
fugarme de tì.
Esta Luna clara
tan blanca que brilla
enmarcada en el
azul celeste de
mi cielo està menguando,
con el conejo mirando
de cabeza; y yo la estoy
mirando,
buscando enmarcar
la dulce ansia que sentì
esta noche
por tu auscencia
distante.


IV

Una
palabra a
cada minuto
descongela mi
cabeza; viaja a travès
de las venas,
orbitando una emociòn,
o muchas en cada gramo de
carne y poniendo en mi piel,
los rasgos de nostalgia, de sensaciòn
carnal, que para el corazòn no es pasajera.
Obedeciendola, veo amanecer, poblado
de azules matices grisàceos,
que oscurecidos por la aùn
noctàmbula sensaciòn, enmarcan
fina y sutilmente el
detalle brillante
de la menguante
Luna.

Sunday, February 03, 2008

A la izquierda del roble

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico es un parque dormido
en el que uno puede sentirse árbol o prójimo
siempre y cuando se cumpla un requisito previo.

Que la ciudad exista tranquilamente lejos.
El secreto es apoyarse digamos en un tronco
y oír a través del aire que admite ruidos muertos
cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero el Jardín Botánico siempre ha tenido
una agradable propensión a los sueños
a que los insectos suban por las piernas
y la melancolía baje por los brazos
hasta que uno cierra los puñosy la atrapa.

Después de todo el secreto es mirar hacia arriba
y ver cómo las nubes se disputan las copas
y ver cómo los nidos se disputan los pájaros.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
ah pero las parejas que huyen al Botanico
ya desciendan de un taxi o bajen de una nube
hablan por lo común de temas importantes
y se miran fanáticamente a los ojos
como si el amor fuera un brevísimo túnel
y ellos se contemplaran por dentro de ese amor.

Aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble
(también podría llamarlo almendro o araucaria
gracias a mis lagunoa sobre Pan y Linneo)
hablan y por lo visto las palabras
se quedan conmovidas a mirarlos
ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero es lindísimo imaginar qué dicen
sobre todo si el muerde una ramita
y ella deja un zapato sobre el césped
sobre todo si el tiene los huesos tristes
y ella quiere sonreir pero no puede.

Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico

ayer llegó el otoño
el sol de otoño
y me sentí felíz
como hace mucho
qué linda estás
te quiero
en mi sueño
de noche
se escuchan las bocinas
el viento sobre el mar
y sin embargo aquello
también es el silencio
mírame así
te quiero
yo trabajo con ganas
hago números
fichas
discuto con cretinos
me distraigo y blasfemo
dame tu mano
ahora
ya lo sabés
te quiero
pienso a veces en Dios
bueno no tantas veces
no me gusta robar
su tiempo
y además está lejos
vos estás a mi lado
ahora mismo estoy triste
estoy triste y te quiero
ya pasarán las horas
la calle como un río
los árboles que ayudan
el cielo
los amigos
y qué suerte
te quiero
hace mucho era niño
hace mucho y qué importa
el azar era simple
como entrar en tus ojos
dejame entrar
te quiero
menos mal que te quiero.

No sé si alguna vez les ha pasado ha ustedes
pero puede ocurrir que de pronto uno advierta
que en realidad se trata de algo más desolado
uno de esos amores de tántalo y azahar
que Dios no admite porque tiene celos.

Fíjense que él acusa con ternura
y ella se apoya contra la corteza
fíjense que él va tildando recuerdes
y ella se consterna misteriosamente.

Para mí que el muchacho está diciendo
lo que se dice a veces en el Jardín Botánico

vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
sólo de a ratos parecía
que iva a vivir
que iva a vencernos
pero los dos fuimos tan fuertes
que lo dejamos sin su sangre
sin su futuro
sin su cielo
un niño muerto
sólo eso
maravilloso y condenado
quiza tuviera una sonrisa
como la tuya
dulce y honda
quiza tuviera un alma triste
como mi alma
poca cosa
quizá aprendiera con el tiempo
a desplegarse
a usar el mundo
pero los niños que así vienen
muertos de amor
muertos de miedo
tienen tan grande el corazón
que se destruyen sinsaberlo
vos lo dijiste
nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto
y qué verdad dura y sin sombra
qué verdad fácil y qué pena
yo imaginaba que era un niño
y era tan sólo un niño muerto
ahora qué queda
medir la fe y que recordemos
lo que pudimos haber sido
para él
que no pudo ser nuestro
qué más
acaso cuando llegue
un veintitres de abril y abismo
vos donde estés
llévale flores
que yo también iré contigo.

No sé si alguna vez les ha pasado ha ustedes
pero el Jardín Botánoco es un parque dormido
que sólo se despierta con la lluvia.

Ahora la última nube ha resuelto quedarse
y nos está mojando como a alegres mendigos.

El secreto está en correr con precauciones
a fín de no matar ningún escarabajo
y no pisar los hongos que aprovechan
para nacer desesperadamente.

Sin prevenciones me doy vuelta y siguen
aquellos dos a la izquierda del roble
eternos y escondidos en la lluvia
diciendose quién sabe qué silencios.

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
pero cuando la lluvia cae sobre el Botánico
aquí se quedan sólo los fantasmas.
Ustedes pueden irse.
Yo me quedo.



Benedetti, Mario
El amor, las mujeres y la vida.

Wednesday, January 16, 2008

hola hola

hola a todos mis amigos... solo quiero recordarles que tenemos un sentido de justicia que hay que seguir y no reprimirlo si sentimos miedo...

Wednesday, January 02, 2008

hola

He dejado de escribir en este blog aprox. más de un año... justo un dia antes de mi cumpleaños. Pues hasta hoy han pasado 16 dias desde mi cumpleaños numero 21...y estuve muy féliz, celebré con pizza, y como pastel un postrecito de crema de chocolate...je je...esque pensé que este año no tendría ninguna celebración porque estoy en Nayarit, no planee ninguna fiesta, no le avise a nadie de mi cumple, pero bueno al momento de decirlo en el restorant... pues comienza la fiesta improvisada y los anfitriones del lugar Laura, mi tocaya y Luca que se hacen muy buenas fiestas en su casa..je je ...se complacieron en prender en el postre una velita y cantarme las mañanitas en diferentes idiomas... Francés por mis amigas, Italiano por Luca, y obviamente español... ja..ja...ja.... estuvo divertido...
Espero publicar pronto las cosas que he escrito en este tiempo de auscencia.

Saturday, December 16, 2006

mañana...

hola hace mucho tiempo que no entraba aquì...mañana es mi cumpleaños..nada màs y nada menos que 20 añotes...jejeje...y curiosamente se celebrara la clausura del taller de acrobacia, presentando una funciòn, unos grupos y una fiesta, si lo hubiera pedido quizà no se hubiera realizado...ah por cierto volver a leer estos poemas me recordò la transiciòn por la que pase, ahora me siento muy fèliz y creo que lo que escribirìa serìa algo menos triste y nostalgico...saludos...


HOLA MARÌA

Friday, February 10, 2006

recomendación...

Lease primero "EL MURO" y después "Continuación..."...

continuación de EL MURO de Eraclio Zepeda

Al principio fue sólo una sensación. Pero al paso de las horas, la fabrica de aquella resuelta pared progresaba a ritmo franco. El más pequeño ademán de él o la más simple inflexión en la voz de ella colaboraban, eficazmente en su erección.
Había sido un descubrimiento repentino logrado al mismo tiempo por él y por ella, un hallazgo simultáneo reservado sólo a la pareja. Fue cuando el relataba la historia repetida en todas las reuniones, en que como siempre, la risa de los oyentes rubricaba el pasaje exacto, la frase precisa siempre igual. Aquella historia que tanto había celebrado ella las primeras veces, al principio de su matrimonio, y que ahora, a fuerza de oirla odiaba. El relato reveló el primer síntoma de lo que estaba ocurriendo. Las miradas de él y de ella se encontraron como si vinieran de muy lejos para cruzarse sin especial intención. Sin embargo ambos advirtierón que la muralla estaba allí, recien nacida a la altura de las rodillas.
Ya no fue posible ocultarla. En realidad hacía tiempo que esperaban su advenimiento, pero no dejaba de ser extraño que ello sucediera precisamente en la fiesta de su aniversario.
Los invitados, los amigos íntimos, permanecían ajenos a la construcción que ante sus ojos ausentes progresaba. Para ellos era una espléndida ocasión de hablar de lo que siempre se había conversado.
Cuando el último invitado se despidió, el muro llegaba ya muy cerca del techo y la sala había quedado dividida, sin posibilidad de contemplarse uno a otro los rostros ni los cuerpos ni nada.
Al salir del baño encontró que la sala estaba definitivamente cercenada por un cancel de cal y canto, pintado hermosamente de blanco, con grandes contrafuertes de piedra a cada extremo. Lo más sorprendente era la falta de asombro.
Serenamente, él golpeó el muro con el puño, suaves golpes espaciados cuidando los intervalos, de modo tal que al otro lado pudiera entenderse la intención de un mensaje. Aguardó con atención: al cabo de un momento escuchó, muy lejanas, las noticias de ella al otro lado de la muralla.
El se volvió camino de la alcoba. Buscó en ciertas gavetas un retrato de ella, hecho en los días de su primer encuentro; le colocó, amorosamente, un listón de luto alrededor del marco, volvió a la sala sin apresurarse y colgó del muro la imágen. Después se sentó en el suelo y lloró hasta que el sueño lo cubrió totalmente.
Al despertar, el muro permanecía allí. Algunas yedras trepaban con audacia hasta perderse en las nubes tenuemente coloreadas con el sol; las manchas de una pátina bronceada aparecieron en la pared que un día había sido blanca.
Estudiaba las formas caprichosas que lograban cuando escuchó aquel rumor, primero casi imperceptible de una corriente de agua. Imaginó un escape en los grifos del baño, y al ir a comprobarlo descubrío que del muro nacía un manantial. Observando atentamente comprendió que no era una suerte de arroyo, sino un gran río de viaje largo que simplemente atravesaba la muralla.
Se sentó a la orilla para ver pasar las aguas que arrastyraban recuerdos del mundo y algunos detalles, sorprendentemente bien conservados, de escenas capitales en su relación con ella. A veces, semisumergidas, pasaban tarjetas postales de ciudades amadas por ambos, y también, nadando por el río, antiguos amigos encontrados por tierras lejanas, que muy serios suspendían el ritmo del braceo para saludar muy correctamente, levantando con la mano sus chisteras.
De pronto, en un levantar la vista hacia el horizonte, aguas arriba venía un barco de papel. Sacó su pañuelo y lo agitó largamente hasta que el barco, seguramente al advertirlo, dirigió su proa hasta la orilla. Cuando hubo atracado, él subió anhelante a bordo porque creyó ver a ella en cubierta.
Estaba sentada en una silla de lona, contemplando una casa destruída que sostenía entre las manos, vestida con el uniforme escolar que llevaba el día en que la amo por primera vez. Cuando abrazó no a ella, sino a una estatua de sal, advirtió su soledad de muchos años.
Sintió entonces que el barco se movía y corriendo a la baranda del castillo de popa pudo comprobar que la corriente del río había cambiado de sentido, y llevaba al barco rumbo hacia donde, si el astrolabio no lo engañaba, debía estar la muralla.
Las aguas iban ganando en caudal y los rápidos se sucedían en forma tan peligrosa que llegó a experimentar un ansia cierta de naufragío. Viajaba ahora por una zona de praderas, que se convirtierón despuén en bosques espesos de abedules. Empezó a nevar copiosamente y los abedules se disolvierón en la nieve quedabdo tan sólo algunas manchas negras, mariposas casi, que volaban. A lo lejos se veían aldeas sepultadas, adivinadas únicamente por el huno de sus chimeneas y las marcas del tráfico de trineos. uando la nieve se agotó, se encontrónavegando en el esierto.
Subiéendose al mástil pudo divisar a lo ejos la muralla. Conform iba acercándose surgían indicios claros de que el río acabaría por atravesala.
Un día llegó al túnel enorme por medio del cual el río ganaba el otro lado. Era un túnel de piedra negra en forma octagonal en cuyas paredes se relataban, por medio de bajorrelieves, encuentros y regresos. Al lado de cada alegoría enormes lápidas de mármol labradas con inscripciones citaban el Texto de la Verdad y la Palabra.
Pudo comprobar que una vez atravesado el túnel, el río no desembarcaba al otro lado de la muralla sino que, mediante un caprichoso meandro, penetraba en la sala cercenada a través de la ventana que él dejara abierta aquella noche del desastre.
La barca atracó suavemente, el saltó a tierra y corrió al encuentro de ella. No dejó de entender, sin embargo, que avanzaba en verdad por la sala de su primera casa, la que habitarón en los primeros meses. Al fondo ella pintaba un retrato de su hijo enmarcado por una larga leyenda de caracteres armenios donde se contaba una historía de derrumbes.
Estaba amaneciendo y en la calle se escuchaba el paso majestuoso de los dromedarios y los pregones de los vendedores de tamales. Al acercarse a ella advirtió que había crecido.
-Buenos días- dijo él y notó que eran las primeras palabras verdaderas en muchos años.
Hombrecillos que reían mientras trabajaban se dispusierón a demoler el muro. Apenas si podían ser advertidos allá en lo alto. Todo parecía indicar que se trataba de una tarea a largo plazo. Ella le tomó de la mano, abrió la puerta y salierón a la calle.

EL MURO

El último de los amigos se despidió. El cerró la puerta cuidando no hacer ruido. Eran las cuatro de la mañana y quería ahorrar a sus vecinos el golpe de un portazo, precaución extra{a después de las voces altas y la música que, durante horas, habían partido de la reunión ahora muerta.
Ella permanecía sentada en el sillón de cuero, deseando encontrar licor en la copa ya vacía. Encendió un fósforo mientras buscaba la cajetilla de cigarros. El se acercó a la ventana, la abrió para limpiar la atmósfera pesada. Después se dirigió al baño.
Habían reunido a los amigos para celebrar sus siete años de casados ...o eran ocho.
La velada resultó ni mejor ni peor que otras anteriores. Y , sin embargo, desde hora muy temprana sin entenderlo cabalmente, el y ella experimentaron la presencia de un muro.
.....CONTINUARÁ...

Thursday, November 24, 2005

HOLA...

Puedes imaginarte una nube de polvo que atraviesa
tu conciencia...

HOLA...

Puedes imaginarte una nube de polvo que atraviesa
tu conciencia...